Es bonito tener siempre momentos en los que físicamente uno se encuentra solo; las tardes en casa escuchando música, leyendo un libro o nomás tirado en cama viendo el techo sin poner atención a lo que está pasando en la televisión.
Conozco personas que no saben estar solas, sin alguien a su lado, sean amigos o una pareja con quien puedan sentir que hay un lazo ininterrumpido de compañía y atención; aunque todos tenemos “esos momentos” en que estar acompañados es menester, creo que aprender a pasar tiempo con uno mismo es básico para ponerse al día con uno mismo.
Ha habido momentos de mi vida que doy tanta atención a mis amigos, a mi prójimo,y a mi novia – en caso de tenerla – que al final, cuando regreso a darme el momento para estar solo conmigo mismo, tengo que sentarme a ver qué ha sido de mi, sigo siendo el mismo, claro, pero de alguna extraña forma que aún no puedo vislumbrar, por dentro me reclamo por qué no me he dignado siquiera a echarme una llamada o dejado un mensaje offline.
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