Cada vez que la miras a los ojos
tratas de ver más allá de sus pupilas, solo dos veces te ha
abierto las puertas del cielo que esconden sus retinas,
y sientes como si te ha amado dos veces solamente…
...luego están sus miradas constantes como torbellinos
que salen disparadas como si fueran dos reliquias de warhol,
que aniquilan y vuelven corruptos a los ojos más sensatos
que alimentan el desasosiego del más reposado demente...
...pero también están esas miradas como brasas, de una pasión
que queman más que el roce de ambos sexos cuando súbitamente
se encuentran y se alejan una y otra vez,
un efecto volcán del cual tienes el privilegio de ser expectador
y ser tatuado de por vida, de manera indeleble.
En sus ojos se vive de cuando en vez en el edén
y eternamente en el purgatorio...
en el placer y el enojo, en lo frio y lo cálido.
En la lujuria y en la virginidad, en cada iglesia, en cada antro.
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