hoy te cierro la puerta...

La distancia no se va a sentir. Hace cuanto que te extraño, hace cuanto que vivo enojado contigo. 

Hace cuanto dejaste de ser lo que yo pensaba y quería que fueras...

La verdad es que... nunca llegó... nunca llegó nuestro momento. 


Fue un efímero aire de esperanza. Nuestro dolor no encontraría jamás regocijo en el otro.

 Porque sé que te duele... tanto como a mi...

No hubo despedidas, porque las despedidas dejan puertas abiertas y ponen sal a las heridas.


Lo nuestro se clausuró sin estrenos... sin siquiera mirarnos sinceramente a los ojos.

Yo fui un tonto, como siempre lo he sido, y jamás voy a aprender.

Hoy ya no quiero pensar más en ti... ya no quiero volver a imaginarte como nunca fuiste y jamás llegarás a ser. 


Tu ser tan ajeno a mi conciencia, se acerca como un espectro a mis emociones más internas, más privadas, más ocultas...

Y hoy, hoy te cierro la puerta... hoy te despido sin siquiera un adiós... porque no te ví partir, y no te veré llegar, en todo sentido, jamás.



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