A todas las mujeres...

"Hubo una vez en que las mujeres con las que entablé una relación seria me preguntaron que si las había amado realmente. A todas les dije que sí, y ninguna de ellas me lo creyó. Me sentí ofendido, pues yo, cuando le entro a una relación lo doy todo sin miramientos. Tal vez sus barreras emocionales no lo percibieron así, pero de que lo di todo con todas, lo di todo con todas. ¿De qué sirve entrarle a un amor si no se le entra con todo??? Uno cuando se enamora encuera el corazón, no se pone escudos ni barreras ni frenos; así es de la única manera en la que el amor puede germinar en un campo minado donde ya nadie cree que existe la pureza de ese sentimiento tan abstracto y devaluado como lo es el amor. Muchos ponen escudos para que no se burlen de su corazón encuerado, pero eso sólo sucede cuando el corazón lo dejas a mitad de una calle transitada. Es más: hasta con las mujeres que me han tomado en broma o he tenido por un rato, yo les he dado su lugar y les he dado mi honestidad y mi palabra; por el bien de ellas y por el mio. He tenido varias mujeres y a todas las he amado por distintas razones y de distintas manera; no me pregúnten que cómo. A todas las he amado mucho, y no se me ofendan y tampoco me ofendan, porque he amado a la que me dejó al mes de ser novios, a la que me dijo que me quería pero que no me amaba, a la que decía que yo era mucho para ella o ella era mucho para mí; amé a la que me engañó y a la que me dejó para casarse con otro, amé a la que me dijo que era lesbiana y me engañaba con su amiga con la que siempre se iba de parranda... a todas las he amado por la sencillísima razón de que son mujeres".

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