Nada que hacer

no hay nada que hacer ni que remediar, si es cosa de niños aventar el tablero después de jugar. aceptar que ya viene, que se acerca el final. no es falta de amor, nos falta paciencia y a últimas fechas me falta la fe. si el amor no fuera moneda corriente, si tan solo el olvido encontrara la ocasión de tomar por sorpresa lo que le pertenece, lo que escondo y ahogo en un mar interior. si quererte fuera más sencillo, si las distancias no fueran golpe bajo el cinturón. si entendiéramos de una vez y por siempre que el tiempo perdido nos guarda rencor. y si llegara a pasar que de nuevo perdemos la ruta trazada, los objetivos, las marcas, y en sitios distintos nos alcanza el adiós, y nos corta las alas y nos marca en la frente. si un día nos queda el traje del gran perdedor, y nos sentimos extraños y nos volvemos lo mismo y hasta el espejo confunde el ayer con el hoy, ¿por qué no volver a buscar un principio? tenemos mapas marcados por toda la piel, es historia de ambos, pasado y futuro, crónica exacta de lo que pudo ser.

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