Nuestro mundo...

No es costumbre. Yo creo que es química. Y de la química nace el amor y muchas otras cosas como las plantas y la lluvia y también el smog; pero lo más importante es el amor. El amor: una explosión como esas que salen en las caricaturas donde un científico loco que dice "ñaca ñaca" mezcla dos reactivos de colores y ¡kaboom! Tú y yo somos esos científicos locos; nuestros pechos los tubos de ensayo y, nuestras babas, dos sustancias que hacen ¡pooow! cuando se mezclan al entrelazar las lenguas, las lenguas que se quedan sin palabras para describir lo que es la química, el amor y las explosiones esas en el pecho, en la boca, en tu mirada y en la cama. La química lo es todo. Aunque la maestra de química me caía de la chingada en la secundaria. Una reacción química creó el universo por accidente. Un accidente del tiempo y el espacio y de amigos en común nos hizo coincidir, y lo de más fue pura química. La química del amor, creo que eso fue. La química es importante, pues hace agradables los olores del cuerpo que pudieran ser desagradables. Hace bonitos a los feos, sexys a las gordis, interesantes a los nerds; te hace TÚ a ti. Todo es cuestión de química. Y de la química nace el amor. Qué chido es tener amor con química. Porque así se creó el universo; gracias a la química de lo inexplicable y lo divino. Por eso, con amor y química podemos crear más mundos, galaxias, planetas y todos los dioses, creadores y arquitectos del universo nos vendrían guangos. Yo sé que con nuestra química y nuestro amor podríamos mantener vivo, aunque sea, nuestro mundito.

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