carta para mi

Tengo ganas de ir con mi yo de hace seis años y verlo. No abrazarlo ni decirle nada, porque temo hacerlo vacilar. Pero sí quisiera estar a dos o tres mesas de distancia, tras un periódico o algo así, viéndolo abandonar su zona de confort e iniciando un viaje hacia lo desconocido.

Desde luego es grato recordar los momentos en los que has sido feliz. Pero también es lindo recordar cuando sabías que no lo eras, no lo estabas siendo, y decidiste hacer algo al respecto. Esa pequeña epifanía que te sacó de todo. Amén de si resultó o no.

A veces es preciso asistir al funeral de tus expectativas a dejar una flor. Uno nunca sabe las veces en que una lágrima puede ser suficiente para hacer comenzar un jardín.

No hay comentarios: