Me he atrevido a curar tus heridas, a llorar tu dolor y tomar conciencia de cómo tu existencia defensiva te ha protegido del amor.
He roto la coraza de mi corazón dejando brotar un amor tan inmenso como el océano, para amarte plenamente, sin reservas.
Te he entregado mi corazón, integrando mi parte femenina.
Te he regalado pasión, confianza, afecto y compromiso.
Una relación como oportunidad de expandir el corazón y aprender a amar profundamente. He querido ser para ti alguien en quien confiar y ante quien desnudarte emocionalmente para mostrar tus heridas y carencias sin temor.
He querido una relación en la que comunicarse íntimamente, sin máscaras, sin secretos, viviendo una sexualidad sagrada.
He deseado una relación con el compromiso de crecer juntos transformándonos el uno al otro.
Donde la intimidad renueve nuestro amor mirándonos a los ojos, dejándonos conmover por el alma del otro.
He poseído tenacidad y paciencia, voluntad para atisbar tu naturaleza profunda de mujer. Porque para amar verdaderamente se requiere de una heroicidad capaz de manejar tu propio miedo.
Me he quedado muchas veces, cuando lo que quería era echar a correr.
No hay comentarios:
Publicar un comentario