Sentirse vacío es otra manera de experimentar la muerte.
Pero más lenta. Ahora sólo tengo medio corazón.
. Ni siquiera ya hay portazos.
No hay camino de vuelta a casa.
Lo más duro es darte cuenta que ya no importas.
Que no hay nadie que duerma maldiciéndose por no tenerte en su cama.
Ya no hay nadie que sueñe contigo.
Que se muera por un roce de mejilla.
Ya no hay nadie que se duerma en tu pecho cada domingo de lluvia.
Ya no hay nadie que piense que tu sonrisa es capaz de curar cualquier enfermedad.
Ya no hay nadie que se muera por proteger cada cm de tu cuerpo.
Debería ser ilegal que el quererse no sea suficiente.
Es decir, no deberia existir el ni contigo ni sin tí.
El puto mundo no debería juntarte con tu media naranja y luego exprimirtela en los ojos.
O peor. En el corazón.
No consigo entender como hemos llegado hasta aquí y menos de las maneras que hemos sido capaces de gastarnos con nosotros mismos.
Qué feo es llorar por alguien que tiene medio corazón tuyo.
Y aquí lo dejo, porque creo que aún no soy capaz de seguir este texto en condiciones.
Y a diferencia de mi vida, no me gusta acabar de forma catastrófica.
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