Olvido...

Todo sucede en el oleaje de la memoria:

palabras que fueron dichas pierden su esplendor,
de los labios desaparece esa sonrisa,
el amanecer aún transcurre pero nadie lo
                                                    espera;

y su cuerpo es igual a otro cuerpo,
murió la ausencia, ese insaciado apetito 
                                                   que lo acompaña;
el teléfono no trajo su voz y poco  lo importa.
Se apaga la luz que ilumina la escena
y hacía brillar la mente y los ojos.
Es el olvido, puerta siempre abierta
que nadie sabe cuándo se atraviesa.
Ocurre un día y comienza entonces el recuerdo,
lenta mirada sobre territorios muertos.

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