Esperando un respiro...

Me cuesta recordar un momento en que haya estado más cansado que ahora. 

Me cuesta, pero tampoco tanto. 

Me duelen las articulaciones y el corazón. 

Sin embargo, sé que en cuanto pase este malestar físico podré centrarme en el emocional sin problemas.

Es broma. 

En realidad, me siento fuerte emocionalmente aunque haya perdido toda mi credibilidad. 

Estoy convencido de que podría ser feliz en mi terraza, tomando una copa de vino tinto  y charlando con un amiga sentados "a las butacas" del patio, bajo un árbol de Júpiter que he puesto allí y que está en plena floración.

 Sé que podría disfrutar de una cena o incluso, en un alarde, organizar un día de barbacoa para toda mi gente. Solo tengo que encontrar el tiempo de descanso. 

Estoy a menos de 3 días de encontrarme en "el sitio de mi recreo".

Puedo decir que han sido 9 meses exigentes, agotadores y muy productivos. 
He aprendido mucho sobre los demás, sobre la pérdida de tiempo que supone crearse expectativas sobre personas y cosas.
 Es necesario un blindaje mínimo, invertir en lo nuestro y en los nuestros, querer a los mismos mucho y compartir con ellos. 
Y dejar que se acerquen a ti.


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