Te olvidé cuando dejé de empeñarme en intentarlo.
A pesar de que a veces te sueñe durmiendo,
eres solo un elemento absurdo más,
un fantasma que todos ven,
pero ya no está.
Aunque recuerde tu nombre y tu cumpleaños,
tus canciones favoritas o tus gestos;
aunque me acuerde del sudor y del fuego... Te olvidé.
Y no pude evitarlo.
Y no quise evitarlo.
Lo supe cuando dejé de echarte de menos
y de más,
justo en el momento en el que me di cuenta
que me daba igual donde se posaba tu mirada,
y tus labios,
y tu palpitar.
Y cuando te olvidé, dejaste de dolerme,
ya no me hiciste más daño,
ni más rabia,
ni siquiera lograste hacerme reír.
¡Y mira que es fácil!
Y con calma entiendo..
que si pude olvidarte,
que si pude borrarte,
y si pude salvarme...
Soy capaz de cualquier cosa.
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