este viejo cansancio de reiniciar la siembra por penúltima vez fue el ademán de un ciego inmerso en una niebla de cuchillos acaso no era justo o yo tenía ojos sin regresos y luego aquel galope inmerecido encima del escarnio la rata haciendo gala de su asco llamando a quien no soy sin pronunciarme como un rehén de todas mis pasiones no habrás de comprender un solo beso si pones frente a mi los labios secos por eso la reacción y el nacimiento del barro gris de plomo derretido apenas es la obvia consecuencia del animal que soy sobreviviendo yo firmo este contrato para siempre y juego cada carta a las mentiras que bien pudieran ser mis equidades no pidas pues que cambie mi ternura ni esperes que te hable de traiciones tendrás el privilegio de intentarlo tendrás la libertad de darme cárcel será que me he quedado sin opciones y me importa una mierda lo que creas
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