Sé que algunos de ellos pudieran ser individuos que vi en algún lugar durante el día y no les puse mucha atención, y que su imagen se me queda grabada en el subconsciente y brota mientras duermo
Pero también pudiera ser otra cosa: que sea en mis sueños donde veo por primera vez a esas personas.
Es fácil soñar más de una vez con alguien a quien conoces en vivo, pero volver a soñar con alguien que conociste en tus sueños es casi imposible. Por tal motivo ni siquiera nos tomamos la molestia de imaginar que pudiéramos coincidir en la vida real con alguien que sólo existe en sueños.
Yo quiero pensar distinto. Quiero pensar que cada que sueño con alguien que no conozco, existe. Que no es un invento mío. Que existe en algún lugar o tiempo remoto, pero existe.
Hace algunos meses soñé con una mujer de ojos grandes y cabellos negros. No volví a soñar con ella hasta hace poco. La reconocí en mi sueño, pero estoy seguro que nunca la he visto en la vida real. Apareció de repente en la copa de un árbol mientras me soñaba corriendo sobre las ramas entrelazadas de un bosque.
Si ella existe quiero pensar que le ha pasado lo mismo: que de pronto tuvo un sueño donde apareció un extraño en el lugar más extraño y que, después de algún tiempo, volvió a soñar con él. Quiero pensar que mi sueño no fue mío, sino el sueño de ella, y viceversa.
Imagino que al despertar, después de soñarla, ella empieza a soñar donde yo me quedé. Imagino que se imagina que hubo alguien soñando lo mismo que ella y que ese extraño no existe nada más en su cabeza. Quiero imaginar que en el fondo siente que, así como coinciden en sueños, podrían coincidir fuera de ellos.