El sueño no viene al caso, solo yo lo entiendo, lo importante es la sensacion que deja tras de si.
No es el hecho de perder algo, ni siquiera de la ofendida indignacion de aquel que siente invadido su jardin personal (gracias F. Pohl), mas bien es la decepcion de saber que la otra persona no desee solo lo que obtiene.
Por que en el sueño, mientras entreveia su cuerpo a traves de las capas de tela, no sentia nada, fue solo al ver su rostro, la satisfaccion que habia en el, que comprendi que ahi residian mis pedos, mis temores, mis anhelos.
No la conocia, no se quien era, pero no importa, su rostro representa todos los rostros, su cuerpo eran todos los cuerpos, los cuerpos de todas las mujeres; mis mujeres.
Por que aunque el filosofo negro ya lo expreso perfectamente, que ninguna mujer tiene dueño, pero uno le pertenece a otra persona en la justa medida en la que lo decida, tengo que recalcarlo; no son mias, pero lo fueron, lo fuimos.
Desperte con esa sensacion, esa sensacion que he sentido pocas veces, de perdida, de vacio, de dolor ante la indiferencia, de su indiferencia, de saberme innecesario, obsoleto, de darme la vuelta y caminar hacia ningun lugar, de saber que a mis espaldas solo queda la sombra de lo que nunca fue, y, lastimeramente, estar dispuesto a regresar corriendo ante la mas minima señal.
Pero ese pequeño dolor, esa punzada que recorre lentamente, pulsando, desde la boca del estomago hasta la cosa esa que tenemos -teniamos- detras del esternon, es la unica cosa que a veces hace que valga la pena estar en este circo que llamamos vida, sin el no seriamos mas que zombis, zombis felices sin duda, pero yo no preferiria esa opcion.
Asi que por favor, sal -salgan- de mis sueños, no las necesito ahi, ni siquiera se si las necesito aqui, no quiero enterarme -ni imaginarme, siendo este el caso- del momento en que decidiran dejar de pertenecerme, permitanme conservar la ilusion de que nunca dejaran de hacerlo, yo no lo mencionare jamas, sera nuestro secreto, sencillamente, dejemos que un pedazo de ustedes se quede aqui adentro, en mis tripas, no en mi cabeza, - y menos aun- en mis sueños.