Brotan de los cajones y de abajo de los muebles cuando estoy solo.
La mayoría de ellos fueron sueños en mi infancia.
Algunos eran de colores y se decoloraron con e tiempo.
A otros les salieron colmillos, tentáculos y cuernos.
A veces se me salen de control y hacen destrozos.
Uno de mis demonios usa un moño con motitas azules.
Me ha dicho en secreto que ya no quiere ser malvado.
Durante la noche, los demás demonios se encargan de no dejarme dormir.
Se retiran triunfantes al ver que no puedo conciliar el sueño.
El del moño siempre se regresa sin que los otros se den cuenta.
Y me susurra al oído que todo va a estar bien.
Es un demonio que alguna vez fue un sueño.
Todavía no sé cuál de todos los que tuve, pues su aspecto ha cambiado mucho.
Agradezco sus palabras y cierro los ojos.
Duermo, y, después de mucho tiempo, vuelvo a soñar.
#guffo
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