lucifer


Nuestros demonios, creemos, habitan en el alma y yacen ocultos en algún pavoroso rincón del sueño de la razón, esperando el momento de ser paridos como monstruos.
Sin embargo nuestros infiernos individuales y nuestras peores pesadillas nos acechan desde el cuerpo. Debajo de la piel, ahí donde las células sostienen exterminios genocidas y las bestias invisibles fraguan conspiraciones, es el domicilio del Averno.

El día que te creas dueño de tu destino y te sientas capaz de hacer eso que llaman planes para el futuro, acuérdate que tu cuerpo siempre tiene la última palabra.

Sólo cuando la luz de la lámpara del buró te alumbra a las 4:00 de la mañana puedes tomar conciencia de dónde estás parado y te topas de frente con un espejo brutalmente honesto. Una zona de fantasmas y demonios que te invitan a patinar trazando un círculo en el cañón de la pistola. Una zona en donde la aparente calma del mar bajo un cielo nublado, es heraldo de que algo va a estallar, de que un millón de infiernos silenciados van a hacer erupción dentro de ti como un volcán.

Lo único que me queda claro es que Satanás no ha pasado de moda, como tanta gente ha pregonado. ¿Que la fiebre satanista era cosa de los setenta? Ja, ja. Satanás y el Heavy Metal están más vivos que nunca y los necesitamos para hacer esta vida un poco menos aburrida. Desde muy niño el factor Satanás me resultó atrayente. No es hablar de monstruos, de fantasmas, de vampiros y horrores pesadillescos. Esto es punto y aparte. Desde niño me quedó claro que Lucifer se cuece en su propio Infierno, aunque cada vez lo tomamos menos en serio.

Una de las dos sedes principales de la Church of Satan de Anton La Vey está a poquitos kilómetros de aquí, en Chula Vista California. La Church of Satan está oficialmente registrada como iglesia en Estados Unidos, exenta de impuestos y con todo tipo de comodidades fiscales. Una payasada más de los payasos gringos. ¿Sacrificios humanos? ¿Niños ardiendo en aquelarres? No señores. Pregúntense por una vez: ¿Cuánta gente ha sido muerta en altares en nombre del Diablo? Creo que son más los que han muerto porque un águila les tiró una tortuga en la cabeza cuando paseaban por el campo. En cambio ¿Cuántos millones de seres han sido masacrados por el dios monoteísta? Sí, ese tal Jehová, Dios o Alá que a fin de cuentas es el mismo tipo, el dios de las Cruzadas, el dios de Bin Laden y de Bush, ese señor que inventaron los judíos, copiaron los cristianos y perfeccionaron los musulmanes. El dios de las guerras santas, de la Jihad, del God Bless América, del In God we Trust. ¿No se les hace que ese dios es un poco más cruel que el Diablo?

Lucifer es el típico rebelde al que corren a patadas de su trabajo por sembrar grilla entre los empleados contra el jefe. Lucifer es el que te susurra al oído y te motiva a inconformarte, a cuestionar, a amarte un poquito. Prometí no eructar más sobre religión. Prometí que respetaría un poco estos temas y dejaría de herir susceptibilidades, pero nomás no puedo. Prometí que trataría de creer un poquito en Dios, pero no me sale, no me cabe y sigo pensando que ese señor no existe, ni ha existido nunca, pero como metáfora es pésima. Satanás tampoco existe, pero la diferencia es que como metáfora me gusta muchísimo. Es más, es mi metáfora favorita. Me cae bien el tipejo. Le tengo simpatía como dicen los Rolling.

No hay comentarios: