A veces las cosas no son como planeamos, mucho menos como imaginamos...a veces son mejores.
Quiero dejar por escrito que este pequeño espacio que compartimos, esta pequeña pausa de la rutina, este pequeño paréntesis de la loca vida desenfrenada ha sido de las cosas más fuertes que me han pasado y definitivamente una de las mejores. Tantas veces quise huir y meterme en la cabeza que era mejor mantenerme a raya... tantas veces creí que era la peor mujer del mundo, tantas veces pensé que la vida me las iba a cobrar algún día...pero un día me di cuenta que estar sin saberte era mucho más doloroso y que probablemente era la vida la que me daba la oportunidad de gozar de un pequeño instante de mi transitar perdida dentro de la luz que sale de tus pupilas y dentro de la sonrisa más bonita del mundo, que es la tuya.Desde el principio supe que esto no es para el clásico siempre, y que algún día se terminará, que el tren de la vida, las ramas, decidirá partir en dirección opuesta a la tuya. Al principio me asustaba involucrarme porque son los desapegos y adioses lo que menos me gusta de la vida y de las relaciones, pero a fin de cuentas cada quien elige por quién vale la pena tocar fondo. Y es tan chistoso porque dentro de mis historias mentales yo te preparo un caldo de pollo en estos momentos de enfermedad, te hago piojito y arropo hasta que duermas. Te leo poesía, te toco guitarra y consigo bajarte la Luna que tanto te gusta con mi hermosa voz. Pero sólo son historias.
No conozco el sentido de esta situación, pero quiero decirte que la disfruto con el alma. Este pequeño paréntesis es una gran bendición en mi vida porque tengo permitido perder los estribos y hacer tonterías, porque puedo dejarme llevar, porque me puedo expresar, porque me encanto a tu lado. Es increíble estar en este laberinto contigo porque es un enigma para mí el por qué cada que te pienso o escribo de ti aparece un mensaje tuyo, son como señales que en secreto me dicen que estamos conectados por algo superior.
Es una locura porque a veces platico con dago y le digo que me encantaría amarte, le cuento lo que siento por ti y el cómo me siento cuando pienso en ti. Son muchas las locuras, tengo casi un cuarto de diario que habla de ti y dibujitos con tu nombre por todos lados, como si fuera un niño de quince enamorado. Pero bueno, esto es poco de lo que me atrevo a decirte (risas), a veces es mejor no decir nada y sentirlo todo.
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