Ironía era escucharle decir que quería morir por amor.

 Ironía era escucharle decir que quería morir por amor. 

Yo me quedé escuchando y entonces recapacité. 

Ella no sabe nada de la muerte, y por lo visto menos sabe aún del amor. 

Yo admito que de la muerte tan solo se que es inevitable, pero que del amor te puedo contar un poco más.

 Puedo contarte que le he visto bostezar y cerrar sus ojos, suplicando que sueñe conmigo.

 Le he visto mirarse en cada espejo y peinar su caótico pelo negro con sus dedos.

 He caminado de su mano y entre sus brazos. 

Lo he visto despertar y decirme "buenos dias". 

He escuchado su risa y te juro que es de las que te hace romperte de felicidad.

 Por eso nunca moriría de amor, me niego a que algo tan irreversible como la muerte pueda quitarme cada uno de esos placeres. 

Y si algo estoy aprendiendo es a manejar la vida, por lo que voy a vivir de amor el tiempo que me dejes. 




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