Para que llegue enero y no me muera de frío,

 A veces me escondo detrás de mi mismo para perderme de vista

y que paradoja por que al final consigo no verme. 

De verdad que me voy y aquí me dejo,
que estoy tan loco que la cordura me ha hecho presa de mí mismo.

Aunque de vez en cuando salgo a olvidarme de lo que tendré que hacer de mí
y me centro en lo que fuí y ya no quiero ser. 

A veces se me olvida que cada esquina de mi cuerpo me hacen a mí,
y las hiero para curarme a mi manera,
porque nadie mejor que yo para hacerme daño.

Y aquí es donde quería llegar, 
a hacerme daño yo para que no me lo haga nadie.
Para que llegue enero y no me muera de frío, 
para que verte de vez en cuando se me haga siempre cuesta abajo. 

A venirme abajo pero con ruedines de soporte, 
a volar por las ciudades y decirle a Berlín que hoy está bonito
pero que yo puedo hacerle competencia. 

A creerme mejor que todos pero nunca mejor que el resto,
no se si me sigues, 
quiero decirte que dejé de echarle la culpa a los lunes y ahora me siento mejor. 



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