No se por qué te vas y vuelves,
no entiendo por qué siempre intermitente.
No sé por qué tus luces no se funden y dejan de cegarme de una vez.
Que nunca pierdo el sueño por cualquiera
y se quedó en mi pecho lo que hiciste.
No entiendo de fecha de caducidad,
ni si te abracé lo suficiente.
No se por qué vuelvo a escucharte en las canciones,
a leerte en cada página,
a verte en los semáforos en rojo.
Frena, por dios.
Vas a acabar conmigo.
Otra vez.
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