La miro desnuda y se tapa con el edredón. La destapo y se vuelve a tapar.
-Yaaaaa... no me veas...
-Es que estás bien ricolina...
Ríe. La vuelvo a destapar.
-Yaaaaa...
-Es que estás bien ricolina.
Vuelve a reír y se vuelve a tapar.
-Y eso que yo no como chocolate. Imagina cuánto me gustas -le digo.
Sonríe, se arrastra por las sábanas y me abraza. Le aprieto una nalga: está suavecita, como bubulubu.
Nos quedamos dormidos. Esa noche sueño que estoy en la fabrica de chocolates de Willy Wonka... Y eso que a mi no me gustan los dulces
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