Nos sobró nuestro pasado y nuestro futuro.
Nos sobraron demasiadas preocupaciones.
Nos sobró tanto compromiso.
Nos quedó irnos de viaje y compartir locuras nuevas.
Nos quedaron muchos desayunos, muchos cafés caros y crepas aún por probar.
Nos quedaron aquellas pequeñas cosas, las charlas intranscendentes, los detalles del día a día, aquellas caricias tan cálidas y las miradas.
Nos quedó el nosotros.
Por las arrugas de mi voz se filtra la desolación,
de saber que éstos son los últimos versos que te escribo.
Para decir "con Dios" a los dos nos sobran los motivos.
La paz que has elegido es peor que mi guerra.
Lo que pudo haber sido, lo que nunca será.
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