sobre el rumor amarillo de las hojas
Casi no las oigo crujir, aplastadas ya
por bicicletas, zapatos y el revuelo de palomas
Pienso en los poetas que cantaron
con asombro antiguo el rumor amarillo
de las hojas primeras...
Y enrojezco, de vergüenza y no de frío. Porque...
¿Qué puedo sumar yo, -torpe, resfriado y distraído-
a la milenaria música de los hombres?
Aspiro a caminar con silencio agradecido
sobre la hojarasca frágil de belleza
estornudando ¡perdón! mis versos
sin hacer demasiado ruido
Después de todo,
son tantas las pisadas y los cantos
de caminantes y poetas asombrados
que estas palabras tontas
al otoño
le tienen sin cuidado
por bicicletas, zapatos y el revuelo de palomas
Pienso en los poetas que cantaron
con asombro antiguo el rumor amarillo
de las hojas primeras...
Y enrojezco, de vergüenza y no de frío. Porque...
¿Qué puedo sumar yo, -torpe, resfriado y distraído-
a la milenaria música de los hombres?
Aspiro a caminar con silencio agradecido
sobre la hojarasca frágil de belleza
estornudando ¡perdón! mis versos
sin hacer demasiado ruido
Después de todo,
son tantas las pisadas y los cantos
de caminantes y poetas asombrados
que estas palabras tontas
al otoño
le tienen sin cuidado
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