Quién sabe...


Vaya paliza, vaya patada. Cómo duele.
No tener a nadie a quien dedicar tus versos, parte de tu vida, parte de tu alma.
No tener por quién hacerte pedazos, o subir al cielo, bajar al infierno. Echar un par de lágrimas.
Cómo jode estar vacío, apático, sin inspiración alguna.
Ni siquiera tener ganas de compartir cama con una desconocida.

Juro que estos días no tengo ganas más que de olvidarme de que estoy solo, tan solo que no tengo a nadie por el que reír, llorar, suplicar, amar e incluso odiar.
Tan solo que me preguntan si estoy con alguien y sólo se me ocurre decir que quiero estar solo.
Quizá sí quiera estarlo.
Quizá sólo necesite a alguien a quién escribirle.
Quizá sólo necesite irme muy lejos y cerrar la boca.


No hay comentarios: