Siempre he creído que así debe de ser. No por cómodo o haragán. Quizá es mi naturaleza, pues nadie pide venir a existir a un mundo como éste.
Responsabilidades, sacrificios y obligaciones. ¿Quién en su sano juicio quiere eso?
Las personas viven engañadas. Creen ser libres sin salirse de lo convencional. Creen ser felices haciendo lo que otros les piden que hagan. Se la pasan justificando sus decisiones, resignándose a las consecuencias.
Imposible no sentir frustración. Por eso el mundo está lleno de gente de mirada apagada. Nos roban lo elemental. Lo que queremos ser.
Son muy pocas las cosas por las que vale la pena estar aquí, que me parece absurdo seguir engañándonos el resto del viaje.
Yo busco la vida sencilla. La existencia simple. Sin complicaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario